Juan Antonio Cerezuela
Artista
sobre el artista
Juan Antonio Cerezuela es artista visual e investigador, Doctor con mención de Premio Extraordinario de Tesis en Artes Visuales e Intermedia en la Facultad de Bellas Artes de Valencia (2014) y Licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Granada (2005). Ha escrito artículos para publicaciones y revistas de investigación como Arte y Políticas de Identidad y ha participado en congresos de investigación como ANIAV o VISIONA, entre otros. Entre 2019-2020 ha cursado estudios curatoriales en On Mediation de la UB, desarrollando el proyecto <eye-framing=OM7> en colaboración con La Capella.
Como artista visual, ha participado en diversas exposiciones colectivas e individuales, entre ellas Subversió! Manifestacions perifèriques per a una història reversible (Born CCM, 2020), Paisatjes desitjats (Arts Santa Mònica, 2020), ESC-OUT: Desviaments de les pràctiques artístiques en l’esfera pública (Fabra i Coats, 2019), La memoria ignífuga (Fundación Gabarrón, Murcia, 2019), Full Blanks (CEART, Madrid, 2019), Gramáticas de la temporalidad (La Conservera, Murcia, 2016), etc. En 2020 recibió la beca artística del ICA de la Región de Murcia y la Beca de experimentación e investigación de La Escocesa. Fue finalista de los Premios Ashurst Emerging Artist Prize (Londres, 2019), recibió el 1er premio de Arte Emergente de Sabadell (2017) y el 1er premio en la XXXI Muestra de Arte Joven La Rioja (2015), entre otros. Desde agosto de 2018, es residente en el centro de creación La Escocesa.
En relación a su trabajo artístico, la correlación entre lenguaje, tiempo y espacio suele estar siempre presente a través de proyectos de instalación e intervención artística. En ellos, elementos como el silencio, la latencia, la invisibilidad o la ilegibilidad se repiten constantemente.
El discurso de su obra es siempre analítico sobre el lenguaje como estructuralidad y como conjunto sígnico, abordando cuestiones sobre narrativa y ficción, sobre el modo en que nos llegan los relatos y de cómo se articulan los discursos de poder y hegemónicos. Sus últimos proyectos encuentran en la ruina uno de los principales potenciales de exploración.
textos críticos
El paisaje anhelado, deseado, la tierra prometida es un camino de dirección única, de ida pero no de vuelta. Los trayectos transfronterizos crean en el imaginario de quien los atraviesa un deseo o esperanza de encontrar un mundo mejor en el otro lado de la frontera que aquel de donde se proviene, lo que ayuda a superar las dificultades que hay en el camino. El filósofo Walter Benjamin superó la travesía a pie de los Pirineos cuando huía del nazismo, a pesar de estar muy delicado del corazón porque anhelaba llegar a Lisboa y de allí saltar a Estados Unidos. Pero la policía española y la Gestapo no le dejaron pasar de Portbou donde decidió murió el 26 de septiembre de 1940 en un pueblo donde no lo conocía nadie, como un ser anónimo de aquellos que en sus Tesis construyen la Historia.
Coincidiendo con el aniversario de su muerte, los artistas de La Escocesa realizaron una serie de acciones a partir del recorrido de Benjamin desde la frontera hasta el pueblo. Carlos Vásquez, con el título de Élegos , leyó del Libro de los muertos los nombres de los primeros judíos muertos en Auschwitz; Valentina Alvarado, con Animitas , trasladó vegetación del otro lado de la frontera y la sirvió en ofrenda a las calles de Portbou dentro de cuerpos cerámicos que en Chile se utilizan para señalar el lugar de un accidente; Daniel de la Barra creó una barca con troncos recogidos durante la travesía de los Pirineos y la arrojó al mar; Antonia Rossi, siguiendo las emisiones radiofónicas que Benjamin hacía para niños en Berlín, creó a partir de entrevistas con gente del pueblo, cuatro relatos que son radiados por cuatro jóvenes de Portbou, desde el altavoz de la Oficina de Turismo. Juan Antonio Cerezuela quemó las letras de la palabra HISTORIA en la playa y exhibe en la estación sus cenizas. Titula su acción Tres estados de la Historiay parte de la idea de Benjamin de la historia como agresión, catástrofe, ruina, pero también esperanza y emancipación. Mediante el fuego, la Historia se convierte en «esperanza» (luz de vela), incendio (chispa de fuego) y ruina (la ceniza como residuo).
Por último, Llapispanc, con su caminata titulada Cuando hace lustre , convocó a la gente a caminar en la oscuridad desde la frontera, en el ocaso del día, para obligar a la dificultad de caminar sin ver claro, siguiendo los pasos , los caminos y cubriendo de polvo los zapatos urbanas lustrados, imaginadas para pasear en una gran ciudad y que en caminos de montaña terminan desgastadas y empolsinades.
El resultado de estas experiencias constituyen la obra «aurática», la experiencia del «aquí y ahora» de la obra de arte, que ilustra la teoría del «aura» de Walter Benjamin, que él enfrenta a la obra reproducida para favorecer el acercamiento de las masas a la obra de arte por la vía de su reproducción.
Por ello, la sala de aduanas está dividida en dos partes por dos vallas de obras, que señalan una parte inaccesible al público, donde se exhiben los trabajos resultado de las acciones y que correspondería a la parte «aurática» de la exposición ; y la parte accesible, que permite ver lo que hay en la parte inaccesible mediante unos monitores de circuito cerrado de televisión y de unas hojas de papel, seriados, de cada acción y autor, que permite que cada uno compagine su catálogo.
El conjunto, pues, refleja tres secuencias en el trabajo: la acción, la construcción de un paisaje deseado con los elementos generados por las acciones, y su representación. La exposición es un conjunto de fragmentos de una realidad compleja resultado de un deseo de un país mejor, a menudo idealizado por los medios de comunicación. Como dice Enrique Puig Punyet, «Son estos fragmentos, unidos habitualmente por la imaginación del que habita un territorio castigado, el germen que termina construyendo el deseo de cruzar, de encontrarse al otro lado una imagen idealizada de lo que realmente se encontrará. «
El término subversión deriva del latín subvertor y significa trastocar, dar la vuelta, alterar el orden establecido, bien sea de índole política, social o moral.
En la exposición SUBVERSIÓ! Manifestacions perifèriques per a una història reversible, comisariada por Enric Puig Punyet en El Born CCM de Barcelona, se trastornan las razones que establecen cuáles son los hechos históricos museables y sus inamovibles interpretaciones.
La propuesta curatorial parte de la última edición de Recreant ruïnes, proyecto en el que diferentes artistas residentes en La Escocesa interpretaron el concepto de ruina, tanto metafóricamente como de forma material, en las antiguas naves del recinto industrial donde se ubica la fábrica de creación.
Distintamente, en el contexto del Born, el dúo Marco y Guarín compuesto por los artistas Marina Rubio Marco y Juan David Galindo Guarín, junto a Juan Antonio Cerezuela y Daniel de la Barra, interpretan los diferentes eventos que forman parte de las historia del antiguo mercado, hilando diálogos con el espacio, la institución del Centro Cultural y su imagen.
La instalación de Marco y Guarín, Cuando el humo se hace piedra, se compone por diferentes conjuntos escultóricos que remiten al mundo de la arqueología y que buscan una libre interpretación de los principales eventos que tuvieron lugar entre el 1714 (fin de la Guerra de Sucesión Española) y la fecha de hoy.
La arqueología, por definición, es la ciencia que estudia las civilizaciones y las culturas humanas del pasado y sus relaciones con el entorno a través de la recopilación, documentación y análisis de las huellas que estas han dejado. El artefacto es el símbolo de lo que nos queda de aquellos tiempos y poblaciones.
A lo largo de la historia de la humanidad, los objetos se han cargado con una enorme cantidad de información: asociaciones mitológicas, habilidades artesanales, conocimiento científico, etc. La museógrafa Maria Clara Ruggieri Tricoli escribió que «las cosas son como lugares, siempre hay algún fantasma que las habita», recordando que todo, especialmente si es antiguo, lleva consigo mucho más de lo que simplemente nos presenta: «alguna vez fueron nuevos, una vez estuvieron completos, una vez estuvieron en uso» (M.C. Ruggieri Tricoli, 2000).
Los fragmentos que Marco y Guarín yuxtaponen en sus instalaciones son piezas de objetos contemporáneos, elementos rotos que consideramos inútiles u ornatos de diferentes épocas; las composiciones que crean llevan a reflexionar sobre cómo las instituciones del arte y de la ciencia, junto a su élite de especialistas y críticos, es quien decide sobre el valor y la exposición de estos artefactos.
Juan Antonio Cerezuela, en cambio, ha investigado sobre los eventos históricos más recientes que involucran al Mercado y su vecindario. La instalación Viure lliure se compone por una serie de pancartas con diferentes lemas reivindicativos de varias manifestaciones sucedidas en del Born, dan cuenta de la especulación del barrio, la lucha contra la expropiación y la privatización del espacio público.
Los andamios de color oro, donde se colocan los grandes lienzos envejecidos, sugieren la voluntad de visibilizar las microhistorias y las protestas que los relatos hegemónicos dejaron al margen, ofreciéndoles al mismo tiempo un valor diferente.
La propuesta artística de Cerezuela es, sin duda, política[1]: leer “Cap veïna fora del barri” o “Born to die” dentro el edificio nos hace preguntar si la institución es la verdadera representación de la voluntad ciudadana o si las ruinas son el símbolo de la voluntad, por parte de algunos poderes, de la transformación del barrio en un gran museo.
Airbnb Experience: habitando ruinas son dos habitaciones construidas por Daniel de la Barra en medio del conjunto arqueológico del Born. El artista invita a los visitantes a pasar la noche entre las ruinas como si fueran dos habitaciones cualesquiera, promovidas en la plataforma digital de alojamientos turísticos.
La promoción de viviendas temporales dentro del yacimiento nos cuestiona sobre la gentrificación de los barrios y el desplazamiento forzado de la población a favor de la masificación vacacional que, en los últimos años, aumentó exponencialmente.
Ante estas obras, podemos delinear que SUBVERSIÓ! evidencia la existencia de dos tipos de miradas. La primera, que podríamos llamar “unidireccional”, hace evidente la distancia que existe entre la cultura y la ciudad. Los cinco metros que separan el conjunto arqueológico con el actual nivel de la ciudad, son la brecha que divide el pasado del presente, el museo de la actualidad, la institución de lo demás. Podemos contemplar los artefactos de las antiguas calles del s. XVIII desde una barandilla de cristal que delimita el sentido de nuestra mirada a una única dirección: desde arriba hacia abajo o desde abajo hacia arriba (esta última solamente accesible acudiendo en grupo reducido para realizar una visita guiada).
Por lo contrario, la segunda, es una mirada “transversal”: una visión lateral que los artistas nos ofrecen a través de sus intervenciones en el conjunto arqueológico. Las obras de arte nos permiten ver por el rabillo del ojo, ampliando nuestras perspectiva, descubriendo rincones de la historia que creíamos perdidos y conectando épocas que jamás se habían encontrado. Aunque tengamos que contemplar las obras desde la misma barandilla, la mirada es diferente: los artistas nos invitan a subvertir el sentido único, conectando tiempos y diversas épocas para construir un nuevo relato colectivo.
Cómo escribió el filósofo frances Jacques Rancière “La historia no ha terminado de contarse en historias” (J. Rancière, 2013), abriendo la escritura de la historia a las prácticas artísticas. Con otras palabras podríamos decir que las intervenciones artísticas son: “poéticas con las que comprender, lejos de una institución de hechos, datos y personalidades universales, una historia del saber (hacer)” (A. Alías).
Concluyendo podemos decir que el Born CCM es el precioso guardián de un pasado surgido gracias al largo y agotador trabajo de arqueólogos, restauradores y profesionales. Sin embargo, mientras que el arqueólogo busca algo que, de alguna manera, se había perdido, el artista, encuentra algo que quizás todavía no se había buscado.
Juan, queremos conocerte un poco más, puedes contarnos para quien no te conozca, un poco más de ti.
Me considero artista visual e investigador, y soy doctor en Artes Visuales e Intermedia y Licenciado en Bellas Artes. A nivel temático, mi trabajo actual se centra en cuestiones que atañen a lenguaje y representabilidad, en procesos que aplican su artificio y mecanicidad, y en materias de visibilidad e invisibilidad. En algunos de mis últimos proyectos, desarrollo un interés hacia la idea de registro y de archivo, así como hacia la masificación de datos mediante la captación del flujo de información personal a través de la Red. En mi obra suele estar presente la correlación entre lenguaje, tiempo y espacio; la traducción espacial de una temporalidad concreta, o la cantidad de información que puede generarse en un minúsculo momento… Intensificar lo minúsculo, lo inapreciado, para mí es algo clave. Dentro de esta vinculación con el espacio se repiten elementos como el silencio, la invisibilidad o la ilegibilidad, como formas de evidenciar o reivindicar la necesidad de una pausa o reflexión ante los medios que nos rodean. A decir verdad, estos elementos están cada vez más presentes en mis proyectos y en mi forma de abordarlos.
A nivel curricular, he participado en numerosas exposiciones nacionales – y algunas internacionales – y he recibido premios y reconocimientos como artista visual, entre ellos, Mención especial en Ashurst Emerging Artist Prize (Londres, 2018); Beca de producción UNZIP Arts Visuals (El Prat de Llobregat, 2018); 1er Premio Art Emergent Sabadell (2017); Premio al Mejor Artista en WEAREFAIR (Madrid, 2016); 1er Premio XXXI Muestra de Arte Joven La Rioja (Logroño, 2015); entre otros…
¿Cómo ha sido tu recorrido artístico desde que terminaste con tus estudios?¿Quiénes son tus referentes en la actualidad local? ¿Qué te inspira a la hora de realizar tus trabajos?
Desde que acabé la licenciatura, orienté mis estudios mayormente hacia el lado académico e investigativo. Acabé la tesis doctoral en Valencia y entonces inicié mi periodo en Barcelona, donde comencé como residente en Fabra i Coats, continué en Hospitalet en La Nave Studios (dentro del edificio Freixas), y actualmente soy artista residente en La Escocesa, centro en el cual he tenido la oportunidad de participar en varios proyectos locales.
Hablar de referentes locales es complicado. Conozco el trabajo de artistas que me interesan mucho, pero no considero que se trate de influencias. Creo que la raíz de la influencia en mi trabajo está más cerca del arte vinculado al lenguaje, y por lo tanto me interesa mucho el arte conceptual de los sesenta (Joseph Kosuth, Art&Language, Robert Barry, Lawrence Weiner, Jenny Holzer, Sophie Calle, etc.). Creo que esto son influencias en el sentido en que me interesan desde que los descubrí durante la carrera, y han estado presentes de algún modo en mi forma de articular mi pensamiento y trabajo.
Sí que en el contexto local, a nivel de artistas reconocidos, me interesa mucho el trabajo de Antoni Muntadas e Ignasi Aballí. También se puede hablar de influencias de pensamiento teórico, que considero que son las que más me interesan, como Remedios Zafra, Jacques Derrida, Roland Barthes, etc. Precisamente en torno a estos autores se pueden establecer conexiones con mi última exposición, Full Blanks, en el CEART (Fuenlabrada, Madrid). En general me inspira mucho la lectura, el metalenguaje, la reflexión sobre el propio lenguaje.
Cómo ha influido en la realización de tus obras tu estancia en Barcelona.
Evidentemente, el lugar influye en el desarrollo de mi obra y mi proceso artístico, ya sea por el desarrollo de proyectos específicos de ámbito local, como por el desarrollo de obra menos ligado a procesos de intervención o participación. Hace poco participé en un proyecto en El Prat, titulado Ex Hodos, que retomaba la historia local del Prat en torno al exilio. Este proyecto no hubiera sido igual en otro lugar, ya que trabajé con testimonios locales de exiliados durante la Guerra Civil y con personas inmigrantes establecidas en El Prat.
Pero también está, en otro plano, la parte en la que disponer de un estudio y espacio de trabajo te permite pensar, además, en formatos mayores. En La Escocesa, como comentaba, se generan proyectos muy interesantes. Desde que estoy ahí he participado en la Bienal de Arte y Pensamiento, en el Festival Recreant Ruïnes, o en la exposición ESC-OUT en Fabra i Coats, de la mano del grupo curatorial de On Mediation.
¿Qué intentas transmitirnos con “ I wish I was Andy Warhol but I’m just an unknown artist”?¿Qué materiales has utilizado?¿Qué destacarías de este proyecto?.
I Wish I Was Warhol, But I´m Just an Unknown Artist habla, de forma genérica, del contexto del arte, de la relación entre estar fuera o dentro del ámbito artístico, de la precariedad profesional en el arte, de las relaciones entre arte y mercado, etc. Para mí, comprende un análisis necesario sobre el arte, y una evidencia de los mecanismos que lo constituyen… En definitiva, se trata de una reflexión sobre el lenguaje del arte. Pero claro, esto en parte se diferencia de lo que hago como “Juan Antonio Cerezuela”. Casi que tiene otra entidad. Así que inventé un alter ego, inventé un personaje vestido completamente de negro, invisible. Lo invisible y lo ilegible suelen ser claves en mi obra, como decía antes.
En materiales, a veces soy más formalista, y otras, me interesa más la parte instalativa. I Wish I Was Warhol tiene un carácter interdisciplinar: vídeo, performance, entrevistas, pintura (si se le puede llamar “pintura”), etc. No obstante, creo que este proyecto aúna bastante todos los medios que suelo utilizar en mi obra en general.
¿Cuéntanos alguna anécdota o acontecimiento curiosa que has experimentado en tu carrera artística que te gustaría compartir con nosotros.
Bueno, quizá algo curioso es la capacidad interpretativa de las obras, y el papel del intérprete (espectador) en su lectura. He ganado premios en los que la obra ha sido exhibida en una disposición errónea (al revés, girada, etc…), lo cual altera para mí completamente su sentido. Pero a veces esto lo integro como parte del proceso. La obra adquiere nuevos significados y relecturas siempre. Así que, a pesar de que en caso de no poder estar presente suelo adjuntar dossieres fotográficos con medidas y ángulos exactos para que el montaje de las piezas sea lo más fiel posible a como yo quiero, me he encontrado alguna sorpresa que otra. Pero reitero, esto me parece interesante como parte de la vida de la propia obra.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
Mis proyectos futuros giran en torno a lenguaje, papel, libros… Estoy desarrollando una instalación para la Casa Pintada en Mula que tiene como tema la quema de libros durante la dictadura en nuestro país. De nuevo, me interesa la ilegibilidad, en este caso a través de la destrucción de libros, de su transformación en otra materia. Y me interesa mucho, especialmente en este proceso, evidenciar las mecánicas simbólicas por las cuales se rige el poder. En este caso, es curioso señalar que la quema de libros tuvo un pilar de justificación para los intelectuales franquistas en torno a ficciones literarias como El Quijote, en el capítulo en el que el barbero y el cura queman los libros de caballería del hidalgo. Me resulta aberrante, a la vez que apasionante, que una ficción pueda justificar un episodio histórico tan terrible.
¿Qué te atrajo de exponer en la Botánica?
La Botànica es un espacio nuevo, acogedor, y el lugar destinado como espacio expositivo da mucho juego, desde la disposición de una parte interior similar a una galería, hasta el otro espacio que da a un ventanal y que constituye casi como un escaparate del centro. Es en esta última parte donde consideré interesante ubicar el vídeo de la performance I´m Still an Artist, ya que fue una intervención desarrollada precisamente en la calle. Creo que en el espacio de la ventana funcionaba muy bien con esta idea de conectar con la ciudad.
Por otro lado, creo que La Botànica es un espacio interesante que conecta con la red local del barrio de Poble Sec. Cada vez es más importante generar un tejido cultural local que ayude a visibilizar y trabajar con artistas locales, y que ayude a estimular la vida del barrio.
Para finalizar esta entrevista queremos agradecer a Juan su confianza en compartir sus obras en nuestro espacio. Estamos orgullosos de su trabajo y de poder compartirlo con vosotros. Están todo invitados a ver su trabajo en calle Cabanes, 33 barrio Poble Sec en Barcelona hasta el 15 de abril.
Tras la Guerra Civil Española, se produjo una profunda represión bajo el régimen dictatorial franquista, en el cual, uno de sus episodios menos conocidos tuvo que ver con la quema masiva de libros, bibliotecas y documentos que representaban la Anti-España. En el peor de los casos, infinidad de libros fueron quemados y destruidos; otros muchos fueron incautados, y en otras ocasiones varios de sus pasajes fueron suprimidos o sufrieron modificaciones.
La memoria ignífuga es un proyecto que pretende recuperar la memoria histórica de este bibliocausto, manifestando la herida física y simbólica de la represión cultural ejercida durante el franquismo, manifestada en la destrucción y desaparición de decenas de miles de libros.
Esta práctica de la quema de libros no es un caso aislado, sino que ha tenido lugar a lo largo de la Historia, especialmente de la mano de diversas dictaduras. A su vez, en el ámbito de la ficción, la quema de libros está presente en pasajes literarios y fílmicos, como es la conocidísima novela Farenheit 451 de Ray Bradbury, adaptada posteriormente al cine de la mano de Truffaut.
También destaca un dato muy curioso en la justificación de las quemas de libros por parte de los intelectuales franquistas, concretamente el capítulo sexto de la famosa novela cervantina, “El Quijote”, en la cual se relata un conocido episodio donde el cura y el barbero prendieron fuego a las novelas de caballería del ingenioso hidalgo. Con este referente fue justificada una dramática quema de libros en el huerto de la Universidad Central de Madrid (hoy la Complutense) el 30 de abril de 1939, mientras se alzaba a voces el himno del “Cara al sol” entre sus precursores. En esta ocasión ardieron libros de Sabino Arana, Rousseau, Karl Marx, Voltaire, Lamartine, Maksim Gorki, Remarque, Freud, entre otros miles.
Curiosamente, el primer libro que aparece en la película de Truffaut, descubierto durante el rastreo de una casa por el ejército de bomberos (en la novela, convertidos en destructores de los libros, pues estos llenaban la cabeza de malos pensamientos a quienes los leían), es El Quijote.
La memoria ignífuga pretende, a partir del solapamiento de ambas ficciones (imágenes de la película de Truffaut y fragmentos del capítulo de El Quijote), hablar de una realidad histórica como es la quema de libros en nuestro país.
La memoria ignífuga es un capítulo que forma parte de un proyecto de mayor envergadura, compuesto por otros episodios que abordan los libros prohibidos o incautados por el régimen, o aquellos libros con pasajes que han sido modificados por la censura, entre otros. La sinopsis del proyecto vendría, pues, de una intención por abordar las diversas agresiones y heridas del libro en el régimen franquista: la invisibilización por incautación y prohibición, la quema, la supresión y variación de pasajes, etc., todos ellos aspectos y recursos que intervienen en la simbología y procesos políticos de control socio-cultural ejercidos por la censura.
El libro, al final, es una huella de todos estos registros, agresiones, heridas y silencios.
Juan Antonio Cerezuela
Juan Antonio Cerezuela es artista visual e investigador. Doctor con mención Internacional, Cum Laude y Premio Extraordinario de Tesis en Artes Visuales e Intermedia (Valencia, 2014) y Licenciado en Bellas Artes (Granada, 2005). Ha recibido numerosos premios y reconocimientos como artista visual, entre ellos, Mención especial en Ashurst Emerging Artist Prize (Londres, 2018); Beca de producción UNZIP Arts Visuals (El Prat de Llobregat, 2018); 1er Premio Art Emergent Sabadell (2017); Premio al Mejor Artista en WEAREFAIR (Madrid, 2016); 1er Premio XXXI Muestra de Arte Joven La Rioja (Logroño, 2015); entre otros. Ha participado en exposiciones como ESC-OUT: Desviaments de les pràctiques artístiques en l’esfera pública (Fabra i Coats, Barcelona, 2019), Ex Hodos. Diálogo en torno a relato, memoria y exilio (El Prat, 2019), Recreant Ruïnes (La Escocesa, Barcelona 2018), Ciutat Oberta. Biennal de pensament (Barcelona, 2018), Hybrid Art Fair (Madrid, 2017), Premio Internacional Artes Plásticas Obra Abierta (Plasencia, Cáceres, 2016), Muestra de Arte Gas Natural Fenosa (Museo MAC Gas Natural Fenosa, La Coruña, 2016), En procés (Fabra i Coats, Barcelona, 2016), Gramáticas de la temporalidad (La Conservera, Murcia, 2016), etc. Ha sido artista residente en Fabra i Coats (2015) y desde agosto de 2018 tiene residencia en La Escocesa Centro de Creación (Barcelona).
Full Blanks
Blank: En blanco, vacío, sin expresión.
El título de la muestra, Full Blanks, alude a la idea de plenitud en el vacío. Las piezas que componen esta exposición hablan precisamente del valor del silencio como signo, como pausa y como elemento estructural del lenguaje. La muestra aúna obras anteriores con piezas exhibidas por primera vez, ofreciendo una visión del silencio desde un punto de vista como materia y como cuerpo arquitectónico que construye el espacio.
La obra de Juan Antonio Cerezuela se centra en aspectos que atañen a lenguaje y representabilidad, interesándose especialmente en la cuestión realizativa del lenguaje, en procesos que aplican su artificio y mecanicidad, y en materias de visibilidad e invisibilidad. En algunos de sus últimos proyectos desarrolla un interés hacia la idea de registro y de archivo, así como hacia la masificación de datos mediante la captación del flujo de información personal a través de la Red. En su obra suele estar presente la correlación entre lenguaje, tiempo y espacio; la traducción espacial de una temporalidad concreta, o la cantidad de información que puede generarse en un minúsculo momento. Dentro de esta vinculación con el espacio se repiten elementos como el silencio, la invisibilidad o la ilegibilidad, como formas de evidenciar o reivindicar la necesidad de una pausa o reflexión ante los medios que nos rodean.
‘Un minuto de silencio en Google’ del joven artista Juan Antonio Cerezuela Zaplana ha sido el proyecto ganador del Premio Arte Emergente Sabadell’17 que concede la Academia de Bellas Artes de Sabadell.
Se trata de una instalación que recopila a través de cientos de páginas escritas en sistema hexadecimal, el flujo de datos que se produce entre el ordenador del artista e Internet durante la recolección de varios minutos ante la página de inicio del buscador de Google sin registrar nada en él ni realizar ninguna búsqueda.
Un proyecto que, además, alude a la importancia del tiempo, un minuto de silencio en el mundo occidental implica un acto de meditación o de reflexión. Aunque este espacio de silencio que propone Cerezuela está lleno de ruido. Mientras el ordenador permanezca conectado a la Red, se generarán multitud de interacciones, entre ellas la constante verificación y actualización de la conexión, flujos de información y de datos no visibles.
Juan Antonio Cerezuela consiguió el tráfico de datos de la IP de su ordenador y con ellos ha elaborado una publicación: ‘Mi diario en sistema hexadecimal’. Artista visual murciano de 33 años, licenciado en Bellas Artes y residente en Barcelona, partió de un proyecto inicial sobre arte y Matemáticas para realizar la obra que ha obtenido el primer premio de la XXXI Muestra de Arte Joven de La Rioja, dotado con 4.500 euros.
«Siempre he trabajado con documentos reales, cartas, el formato del diario personal. Y aquí lo he combinado con la idea de lo analógico, lo digital. Ahora, nuestro diario personal, nuestra privacidad, realmente está en Internet», explica Juan Antonio Cerezuela. Con su descripción, su diario, un compendio de páginas en un lenguaje encriptado, indescifrable, hexadecimal, cobra sentido lo que parece imposible. «Este proyecto ha sido para mí un punto de inflexión en mi trabajo, antes me he dedicado a formatos e instalaciones más grandes», considera el ganador de la Muestra de Arte Joven.
El segundo premio ha sido para Jacobo Bugarín, de Santiago de Compostela, con la instalación ‘Narcoarquitectura’. Y el tercero, para el díptico ‘Partículas’ de la viguesa Carla Fernández. En total, se han presentado 151 obras de 93 autores (40 de ellos mujeres), de las que se han seleccionado 20 para la exposición que fue inaugurada ayer en la sala del paseo de Dax de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja y que permanecerá abierta hasta el 22 de noviembre. Entre las piezas seleccionadas se encuentran las obras de dos artistas riojanos: la fotografía ‘Los paisajes del oro’ de Lorena Martínez y ‘Kretïor’, de Paula Bañuelos; de entre los 22 que se presentaron a la convocatoria del certamen.
La Muestra de Arte Joven de La Rioja que organiza el Gobierno de La Rioja en colaboración con la Esdir, el Museo Würth, la Casa de la Imagen y ayuntamientos como el de Logroño «es una plataforma ideal para fomentar la creación artística de los jóvenes», defendió el presidente regional, José Ignacio Ceniceros. Además, cuenta con un «amplio eco, como demuestra la alta participación», añadió Ceniceros.
Por otra parte, el jurado del concurso ha becado tres proyectos de desarrollo artístico cuya ejecución y desarrollo será tutorizado. Cada uno de los artistas premiados, todos riojanos, cuenta con un presupuesto de 3.000 euros para realizarlo. Cristina Giménez será tutorizada por Jesús R. Rocandio y Julio Hontana para llevar a cabo ‘We are not alone’, igual que Rubén Martínez para su ‘Hans’, mientras que Carlos Traspaderne contará con Mónica Yoldi para realizar ‘Riberia’. Todos los tutores son miembros del jurado, compuesto, además, por Mariate Antoñanzas, Irene de Juan, Silvia Lindner y Ruth Ruiz Ozaeta.
obras
El silencio de Saussure
Instalación en la que se descompone en 8 piezas
de silencios el libro Curso de Lingüística general
de Ferdinand de Saussure
7 piezas de 100 x 70 y 1 pieza de 50 x 70 cm
Paisajes en construcción I
Pieza conformada por pilas de papel
y materiales de construcción
70 x 30 cm
Paisajes en construcción II
Pieza conformada por pilas de papel
y materiales de construcción
70 x 30 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal I
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal II
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal III
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal IV
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal V
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal VI
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal VII
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal VIII
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas de diario en hexadecimal IX
Figuras geométricas de papel pegadas sobre
láminas de impresión láser b/n en papel crema
enmarcado en cristal y madera
26 x 20 cm
Arquitecturas hexadecimales I
Figuras geométricas a partir de láminas
de impresión b/n sobre papel,
pegadas sobre papel crema, enmarcado en cristal y madera
100 x 30 cm
Arquitecturas hexadecimales II
Figuras geométricas a partir de láminas
de impresión b/n sobre papel,
pegadas sobre papel crema, enmarcado en cristal y madera
100 x 30 cm